lunes, 29 de abril de 2019

Fashion Revolution Week

Quiero hablar de este tema porque me parece bastante importante que las personas sean conscientes de ello. Yo hasta hace unos días no lo era pero me abrieron los ojos entre todas las personas que sigo. 

El Fast Fashion es un término que se utiliza para referirse a aquellas marcas que se dedican a la moda rápida (producir sin cesar sacando nuevas colecciones cada poco tiempo). Antiguamente solo existían 4 colecciones diferentes por parte de estas marcas: invierno, primavera, verano y otoño, pero en la actualidad hay unas 52 colecciones diferentes al año: una por cada semana. Esto ha producido que el consumidor sienta una necesidad de comprar ropa cada muy poco tiempo y ha aparecido el consumo acelerado.

Esto quiere decir que se producen muchas más prendas de ropa que antes por lo que se necesitan más recursos para poder hacerlo. Por ejemplo: producir una camisa de algodón supone un gasto de 2700 litros de agua  y  entre 2,1 y 5,5 kilogramos de CO2 según el World Resources Institute. Este sector es uno de los más tóxicos, el 20% de la contaminación industrial del agua proviene de la industria textil. Son datos bastante alarmantes a los que no prestamos mucha atención porque nos sirve con ir a una tienda y pagar poco dinero por una prenda. 

Además, para poder mantener una producción masiva semanal de colecciones ha aumentado la presión sobre las empresas que producen nuestra ropa. Esto quiere decir que se ha elevado la explotación y abuso de la mano de obra. Los precios de la ropa son cada vez menos elevados y eso no significa que tengamos mucha suerte, sino que el precio real lo están pagando sus trabajadores o el medio ambiente con otro tipo de "moneda". 

Han pasado ya seis años desde el derrumbe de Rana Plaza que ha llevado a tanta gente a replantearse a quién quiere dar su dinero y apoyar en esta industria. El 24 de abril de 2013 ocurrió un terrible accidente en una de las fábricas de ropa en Bangladesh que supuso la muerte de más de 1000 personas y otras 2000 resultaron heridas.  La fábrica contaba con unos 5000 trabajadores, en su mayoría mujeres que cosían para marcas internacionales. Ese mismo día los trabajadores quisieron negarse a entrar porque el edificio realmente se encontraba en malas condiciones y ante la amenaza de quedarse sin trabajo acabaron entrando.

Edificio de Rana Plaza, 24 de abril de 2013. Foto: Zakir Hossain

A partir de esto, surgió el movimiento Fashion Revolution, que lucha contra esta situación. Anima a las personas a preguntarse quién hizo su ropa (who made my clothes?) y cuestionárselo a las grandes empresas, que en pocas ocasiones informan cómo se hicieron sus prendas.

La solución a esto es, además, apoyar a pequeñas empresas que realizan sus prendas bajo buenas condiciones y con productos sostenibles. Las tiendas de segunda mano también ayudan a este problema, pues dan nuevas vidas a prendas que podían haber sido tiradas. Gracias a esto nos daremos cuenta de lo que realmente cuesta hacer una prenda de vestir y que la moda no es un sector "barato".

Si no estás de acuerdo con esto, sube una foto a redes con una prenda al revés enseñando su etiqueta y con el hashtag #Quienhizomiropa o #Whomadesmyclothes etiquetando la marca.


sábado, 27 de abril de 2019

En el baño: mascara de pestañas y eyeliner zero waste

He estado mirando muchas marcas que fuesen zero waste pero ninguna me convencía del todo porque eran bastante caras y yo no suelo gastarme tanto dinero en estas cosas. Ciertamente sé que es el precio justo por el producto pero
duele en el alma gastarme tanto cuando utilizaba una mascara de pestañas de 7€ y un eyeliner de 3€. 

De este modo empecé a investigar cómo podía hacer una máscara de pestañas y un eyeliner casero. Es muy básico. La mayoría utilizan carbón activado para conseguir el color negro y alguna base de aceite. 

Mascara de pestañas

Concretamente yo vi la siguiente receta:

  • 1/2 cucharadita de carbón activado ≈ 1 o dos cápsulas
  • 1/2 cucharadita de jabón solido natural hecho a mano cera de abejas (se puede conseguir en herbolarios)
  • Unas gotitas de aceite de almendras (se puede utilizar otro como el de coco)
  • Dos gotitas de agua 

Cambié el jabón por la cera de abejas porque me parecía un poco agresivo para los ojos. Creo que es para que las pestañas se mantengan firmes, porque he visto muchas recetas que usaban sólo aceite y carbón para dar color y nutrir las pestañas. Además le añadí dos gotitas de aceite de vitamina E ya que leí que era muy bueno para esa zona, pero es totalmente prescindible.

Lo estuve probando y el resultado fue bastante bueno. Utilicé el envase de una máscara de pestañas antiguo para aplicarlo y un pequeño frasquito para conservarlo. Al principio pensé que las pestañas no durarían casi tiempo con una forma bonita pero para mi sorpresa, me duraban un montón hacia arriba y con forma. Me siento más natural y estoy encantada. Quise probar a llevarla durante un tiempo para ver si alguien se daba cuenta o me comentaba algo de mis pestañas. NADIE se dio cuenta del cambió de un industrial a un handmade. ¡Éxito total!

Eyeliner

Descubrí una receta muy sencilla:
  • 1 cucharadita de carbón activado
  • Aceite para la piel: (almendra, jojoba, coco...)
Sinceramente, el aceite de jojoba es demasiado caro para lo que realmente es. Puede actuar como cualquier aceite nutritivo y no merece la pena gastarse tanto dinero. Yo opté por el aceite de coco. 

A diferencia con la máscara de pestañas, esta receta me defraudó muchísimo. Tengo que seguir investigando... Lo hice muy ilusionada pensando que iba a ser EL INVENTO. Pero no. Cuando me aplicaba el eyeliner, al tener una base de aceite, se me corría y se me esparcía por cada pliegue del párpado. Soy fan de los eyeliners perfectos y totalmente definidos y vale que no eran mis expectativas pero un borrón negro en el ojo tampoco entraba en mis posibilidades de resultado. Es lógico que siendo aceite el resultado fuera ese, pero en mi imaginación era mucho mejor.

Tendré que probar eyeliners de marcas cosméticas naturales porque el mío acabó siendo un completo DESASTRE.


miércoles, 24 de abril de 2019

Tiendas que me han hecho feliz

Cuando eres nuevo en todo esto parece que está escondido en algún lado y casi nadie se dedica a hacer productos naturales sin plástico pero ¡¡he podido comprobar que no!!

Te dejo un montón de tiendas que se dedican a el cuidado natural de la piel, higiene del hogar, ropa sostenible, higiene personal, alternativas zero waste, etc.

General:

  1. unPacked. Me enamoré desde el primer momento. Es una tienda a granel y zero waste de Madrid (en Goya). Intentan que los precios sean iguales que los de los supermercados convencionales. Siempre que puedo me escapo a comprar algo.
  2. LuffaShop. Precios elevados en algunas cosas a mi parecer en comparación con otras tiendas pero muy buena calidad y mucha variedad de productos. Solo tienda online pero con punto de recogida en Barcelona. Muy recomendable.
  3. Everuse. Tienen muchísimas opciones para todo. Es una tienda online. Puede llevarte un buen rato curiosear todo lo que tienen. Hacce poco han incluido limas de uñas.
  4. Pic-nic Club. Me encanta esta pequeña tiendita. Los precios son buenos y tienen muchas opciones veganas. Lo mejor son sus wraps, preciosos. Tienen tienda física en Barcelona.
  5. Estufirafi. Otra tiendita de productos generales de higiene, hogar, para llevar, etc. Tienen cosas bastante curiosas aunque los precios son un poco caritos. Muchas cosas de las que tienen merecen la pena. Creo que unicamente tienen tienda online.
  6. One Earth Bcn. Tienen muchas cositas para mascotas y de nuevo, un poquito de todo. ¡También tienen purpurina para los más peques! De nuevo es una tienda online.
  7. El Cambio Lógico. Muchas cosas chulis y de residuo cero. Los precios rondan la media pero tienen cosas que en otras tiendas aun no he visto como velas de cumpleaños, vasos de bambú o un tope para la puerta. Tienen tienda física en Barcelona.
  8. Alma Eko. Otra tienda que mola mucho. Tienen crema solar y productos capilares diferentes al resto. También tiritas y productos para la meditación. Se trata de una tienda online.
  9. Sin Plástico. Tienen hasta sartenes y ollas y un montón de tarros, piezas de vajilla, utensilios de cocina, productos de higienelimpieza de la casa, . Es de las webs más completa que he visto.
  10. Usar y Reusar. De nuevo un montón de opciones alternativas de nuestro día a día con bastante variedad. Es una tienda online con punto de recogida en Barcelona.
  11. Natura. Tiene una sección cero residuo con botellas, cepillos de dientes y hasta ceniceros portátiles. Mejor descubrirlo y verlo por uno mismo. 
  12. Ecovan. También tienen productos para mascotas entre otros muchos del día a día. Tienda online.
  13. 4ocean. Con la venta de pulseras y botellas, se dedican a la recogida y limpieza de los océanos.
  14. Eco-manía. Tienda online de muchos productos zero waste y productos reciclados de todo tipo. Tienen las cosas típicas y hasta chanclas, bisutería, bolsos, etc. Tiene tienda física en Madrid y es maravillosa.

Cosmética:
  1. Dirty Hippie Cosmetics. Lo que más curioso me parece (lo único que suelo usar) son su máscara de pestañas y su eyeliner. Muchas ganas de probarlo. 
  2. Mu'tu. Dicen que sus champús y jabones son lo más. Está en mi lista de deseos.
  3. Lush. Tienda handmade con productos totalmente naturales y mucha variedad de productos veganos. Utilizan plástico pero se reutilizan sus botes. 
  4. Zao. Todo tipo de maquillaje con embalaje de bambú e ingredientes naturales. Tienen muchísimas tiendas físicas que venden sus productos.  

Ropa:
  1. Hemper. Mochilas de cañamo, bolsos, riñoneras, etc. Precioso todo y ¡sin plástico!
  2. Ecoalf. Animo muchísimo a esta empresa, hacen cosas geniales y son muy bonitas pero demasiado dinero para mí y para muchas personas. 
  3. TenTree. Plantan árboles gracias al apoyo y las ventas de la ropa. De nuevo una ropa muy bonita con mucho rollo pero con precios altos.
  4. Buva Concept. Un rollo surfero muy guay. Además venden y alquilan e-bikes y tablas de surf de madera, una preciosidad. Los precios también me sobrepasan.
  5. BlauGap. Ropa natural y moda sana. Tienen mucha ropa interior y pijamas. Los precios siguen siendo algo elevados, aunque mucho menos.
  6. Virblatt. Ropa étnica y con pantalones cagados. Precios más asequibles aunque yo sigo sin poder permitirme tener un armario formado por este tipo de ropa.
  7. Prana. Un montón de ropa sostenible. Precios elevados una vez más.
  8. Adopta una Prenda. Ropa de segunda mano con historia. Precios totalmente asequibles. 
  9. Flamingos' Life. Zapatillas súper bonitas y hechas a partir de materiales reciclados, algodón y caucho natural.
  10. Micolet. Si donde vives no hay acceso a ropa de segunda mano, esta es una tienda online perfecta. Tienen muchísimas cosas y te puedes volver loco buscando la prenda ideal.
Mascotas:
  1. Hemp Chewer. Preciosos collares y correas de corcho, cuerda y tela. Vivo enamorada. 
Bisutería:
  1. Monkey Wood. Bisutería de madera preciosa y hecha a mano. También tienen púas de guitarra de madera personalizadas.

*ACLARACIÓN: cuando digo que son muy caros, realmente me refiero a que yo no puedo gastarme casi 100 euros, por ejemplo, en una única prenda de ropa. Sin embargo sé que la moda se ha vuelto tán versátil y cambiante que en las tiendas convencionales podemos encontrar ropa realmente barata. Sin embargo el precio que no pagas tú, otra persona lo paga con esfuerzo, bajos salarios y malestar profesional.

domingo, 21 de abril de 2019

En el baño: copa menstrual

He de admitir que pasarme a la copa menstrual me daba MUCHO MIEDO. Estuve leyendo muchas opiniones y hablando con gente cercana sobre el tema y acabé lanzándome a comprar una. Después de investigar un poco me compré de la marca Enna que tiene un hilo y me daba bastante tranquilidad. 
Sé que los cambios cuestan y que estamos acostumbradas a utilizar tampones y compresas desechables que parecen mucho más cómodos pero no hay punto de comparación con la copa una vez consigues la forma exacta de colocarla. La copa menstrual ronda los 20€ pero ese pequeño esfuerzo económico cambia cuando descubres que cada una dura al menos 10 años.

Yo compré la caja que incluye dos copas y un recipiente estirilizador aunque también existe el pack que viene con un aplicador (que según las críticas no sirve para nada y acabas usando tus dedos). Esto quiere decir que si hago cálculos, he pagado unos 20 € por 20 años sin productos del periodo, 1€ al año. Claramente es un gran ahorro frente los tampones y compresas.



¿Duele colocarse la copa?

Colocarse la copa no duele absolutamente nada. Las primeras veces te costará más. Yo la he probado recientemente por primera vez y ¡no me ha dolido nada! Es verdad que la primera vez que la usé sentí alguna molestia porque creo que no la coloqué bien de todo. Cuando la metes notas como se abre y ahí es cuando esta bien colocada. También puedes comprobar con el dedo que no esta doblada, lo que produciría escapes.

¿Duele sacar la copa?

Sacar la copa no duele nada. Sin embargo es algo más sucio que quitarse un tampón. Debes buscar la copa con el dedo y luego pellizcarla para que pueda entrar el aire y se pierda el efecto vacío para sacarla. Puedes mancharte con tu propia sangre la mano, pero con un poco de agua se va.

¿Cómo se usa?

En primer lugar debes estirilizarla antes y después del periodo. A la hora de utilizarla debes estar relajada. Debes doblar la copa en forma de C y hacer que se haga lo más delgadita posible para meterla mejor. Es más fácil hacerlo si estás sentada en la taza del váter, ya que no se debe meter hacia arriba, sino en diagonal, para seguir la forma del cuello de la vagina. Cuando la introduzcas debes notar que la copa se abre y se pega a tus paredes completamente (NO DUELE), puedes comprobarlo con ayuda de tus dedos. Por último, para sacarla, debes introducir tus dedos, pellizcar la copa y hacer el aire entre (esto es lo que más puede costar). Hay que sacarla con cuidado para que no salpique ni se derrame nada. Se vacía en el váter, se lava con agua en el lavabo y se vuelve a introducir de la misma manera. En los lugares públicos se puede lavar con una botellita de agua que lleves o unas toallitas. También puedes intentar entrar al baño de minusválidos que suele tener lavabo incorporado en la cabina.



¿Es cómoda?¿Notas la copa menstrual mientras la llevas?

La primera vez que la utilicé debí de ponerla un poco mal ya que cuando comencé a andar la notaba y era incómodo. Luego, debió de colocarse sola, pues dejé de sentirla y no tuve escapes. Es súper cómoda: no la notas, no tienes que estar pendiente de ella todo el rato ya que dura muchísimo tiempo, colocada correctamente te permite hacer cualquier cosa sin miedo a manchar... 

¿Cuánto dura?

La copa dicen que dura aproximadamente 12 horas. Yo la he probado y no he querido arriesgarme a estar 12 horas desde el principio. Hasta el primer cambio deje pasar unas seis horas, luego dejaba unas seis-ocho o así y ya el tercer día empecé a dejarlo un poco más de tiempo y no tuve ningún problema. El cuarto y el quinto día estuve las doce recomendadas y todo fue bien: sin escapes ni dolores.

¿Te manchas?

Esto es algo que tiene que ver con la talla que utilices y la colocación de la copa. Si alguna de estas dos cosas está mal, seguramente tengas escapes y acabes manchando. Mi talla es la S pero antes de comprarla tienes una guía de tallas para ubicarte un poco según tu cuerpo. Además esta marca te deja un máximo de cuatro periodos para comprobar si la talla que has escogido es realmente tu talla. Si no estás conforme, puedes cambiarla y volver a probar si te vale.

De todas formas hay unas gotas de mancha casi siempre de "residuo", nada serio. Yo recomiendo llevarlo con un salvaslip (de tela por ejemplo).



sábado, 13 de abril de 2019

DIY: bolsas de tela

Pensando en alternativas al plástico que podía necesitar al viajar, llegué a darme cuenta de que en la maleta siempre uso bolsas de plástico para guardar mis cosas. Guardar la ropa interior: bolsa de plástico. Guardar los bañadores: bolsa de plástico. Guardar los zapatos: bolsas de plástico. Guardar la ropa sucia: bolsas de plástico. Y podría seguir. 

Entonces me acordé de que cuando era pequeña mi madre me hizo una bolsa de tela para guardar mi ropa en la maleta, pero cuando crecí dejé de usarla. Y ahora he vuelto a eso.

Cogí sábanas antiguas que ya no usamos (básicamente porque están rotas), la máquina de coser y me puse a ello. Vale que no son las bolsas más perfectas que hayáis visto pero me salieron exactamente por 0€.

Usé:
  • Sábanas viejas cuya tela esté bien pero ya no sirvan.
  • Hilo 
  • Tijeras
  • Máquina de Coser
  • Otras telas para decorarlas
  • Cuerda para los cierres


En primer lugar corte un trozo rectangular de la sábana, lo doble por la mitad y cosí tres de los bordes con la máquina. El cuarto lado lo dejé para meter la cuerda y hacer un dobladillo que la envolviera.  Luego le di la vuelta a la bolsa para que las costuras queden por dentro y ¡listo!











miércoles, 10 de abril de 2019

1ª semana, ¿qué produzco?

Cuando empecé este blog me propuse coleccionar todos los residuos que produzco en una semana. Decidí incluir sólo los productos que no fuesen biodegradables o compostables excluyendo el papel,  el cartón o el vidrio.

Tengo que añadir que, al vivir con mi familia, hay productos que usamos todos y no he podido incluir (por ejemplo envases de comida que se hayan utilizado para cocinar platos comunes). Es decir, he coleccionado aquellos productos que he consumido yo exclusivamente para ser más consciente de mi consumo propio.

Además hay algunos que me faltan porque estuve trabajando en el campamento en el que soy monitora durante dos días y aunque traté de no consumir nada de plástico alguna cosa se me escapó, añadiré a la lista las cosas que me acuerdo que consumí allí.


Aquí va esa lista de consumo:

  • 1 envase de pan. Como me hago muchas tostas y tostadas, consumo mucho pan de semillas. Alternativa: he empezado a hacer mi propio pan.
  • 1 bolsa de cereales. Por las mañanas desayuno muesli con frutos secos. Alternativa: empezar a consumir lo mismo pero a granel. 
  • 1 ticket de la gasolinera. Aun no se muy bien cómo evitar los tickets que te dan automáticamente...
  • 1 envase de zumo de naranja. Por las mañanas tomo un vaso de zumo. Alternativa: hacer zumo natural o comprarlo en botella de cristal. Sé que es algo muy fácil de evitar pero es una de las cosas que más me cuesta cambiar. Hacerlo natural por falta de tiempo y comprarlo en cristal es muchísimo más caro. Seguiré buscando.
  • 1 sobre de levadura. Para hacer el pan. Alternativa: hacer levadura casera. Me enteré tarde de esto, ¡la próxima vez lo haré!
  • 1 tirita. Soy una pupas. Alternativa: tiritas biodegradables de las tiendas como Luffa o Unpacked (entre otras muchas). Las tengo pendientes de compra.
  • 1 yogur. Tengo que reconocer que esta semana he consumido menos que normalmente. Alternativa: hay unos yogures de oveja/cabra naturales que vienen en tarro de cristal pero son muy grandes y siempre se me acaban estropeando. Seguiré buscando también.
  • 1 cosa que venía en una caja. Simplemente era parte de un envoltorio. 
  • 1 envoltorio de algo que compré. Lo compré hace bastante pero le he dado uso esta semana. Alternativa: buscar productos sin packaging de plástico.
  • 1 bolsa de queso rallado. Culpable, me encanta la pasta con queso. Alternativa: ya he hablado con mi madre para buscar un queso entero (o un trozo, sin envoltorio de plástico) para poder rallarlo. 
  • 1 bolsa de tortitas de maíz. Me confieso adicta a este producto. No suelo acompañar la comida con pan y lo hago con esto. Alternativa: aún tengo muchos envases en casa pero quiero intentar sustituirlo por pan casero.
  • 1 envoltorio de un tranchete (campamento). No entiendo muy bien porque envuelven cada loncha de queso en plástico. Alternativa: comprar otro tipo de queso que no utilice plástico, aunque esto no esté en mis manos.
  • varios envoltorios de mayonesa (campamento). Les obligan a usar sobre monodosis. Alternativa: comprar botes en tarros de cristal o hacer mayonesa casera. Estas opciones son inviables en el campamento. Deberían hacer monodosis en cristal o en materiales compostables.
La verdad es que me esperaba producir más residuos por lo que puedo decir que estoy un poquito orgullosa. Podemos observar que la mayoría de residuos son de alimentos y se pueden sustituir fácilmente.  En el baño tengo muchos productos ya en modo zero waste y no he producido ninguna basura, aunque me quedan muchas cosas por cambiar y que da la casualidad de que esta semana no me ha tocado tirar jejeje. 




lunes, 8 de abril de 2019

En el baño: pasta de dientes

Seguimos con un producto estrella: la pasta de dientes. "Que me blanquee los dientes, que me deje buen aliento, que no sea mala, que haga espuma, que sea barata..." Los dientes son muy importantes en nuestra imagen y mantenerlos sanos es esencial.

Desde que soy pequeña, en mi casa hemos usado la pasta de dientes de Corpore Sano de mirra, propoleo e hinojo. Es una pasta de dientes natural y muy buena pues nunca me han salido caries con ella, pero que usa plástico para el envoltorio. Investigué sobre pastas de dientes para poder sustituir ese plástico. Cuando visité la tienda de Lush vi las pastas dentales en pastilla, por supuesto naturales. Quise probarlas porque me llamaron mucho la atención y acabé comprándolas. Me dio un poco de rabia que viniesen en un bote de plástico que no pertenece a la gama de envases que puedes devolver en Lush, pero mi cabeza pensó que es un bote que se puede reutilizar fácilmente, no como los de las pastas convencionales.

El resultado de las pastillas es muy bueno. Yo compré las Dirty con aceite de hierbabuena por 7,50 €. Lo sé parece muy caro pero echando cuentas vienen mogollón de pastillas y yo uso media pastilla cada vez porque es más que suficiente. La manera de aplicarlo es mordiendo la pastilla, mojando el cepillo en agua y empezando a limpiar los dientes como de costumbre para que salga la espuma. Además es un producto natural y echo a mano, no como las pastas de dientes de supermercados en las que parecen haber encontrado microplásticos y sustancias insanas. Creo que, finalmente, sale rentable. 

Unos días después encontré muchas recetas de pasta de dientes casera y me lancé a probar una de  Patri y Fer de Vivir sin plástico:

  • 2 cucharadas de aceite de coco
  • 1 cucharada de bicarbonato de sodio
  • Unas gotitas de aceite esencial de menta

Al principio me sabía demasiado salado y era una sensación extraña la verdad. No tiene espuma y la textura del aceite de coco es muy diferente a la de las pastas convencionales. Sin embargo, no te deja mal sabor de boca después del cepillado, te deja los dientes súper-suaves, es natural, no tiene plástico, etc. ¡Acierto total! 
El aceite de coco viene en un tarro de cristal y se puede comprar en un supermercado o en un herbolario pero debemos comprobar que sea 100% natural y ecológico o biológico. Yo me he acabado acostumbrando y ahora la pasta me gusta. La forma de aplicarlo es muy sencilla: una vez guardado en un tarro de cristal se calienta un poco para que el aceite no esté totalmente sólido y se impregna el cepillo con la mezcla.

Esta pasta casera la alterno con las pastillas de Lush de vez en cuando ya que leí que el bicarbonato puede ser agresivo para el esmalte al cepillarse tres veces al día aunque no tengo 100% seguro que eso sea así. Como dicen, mejor prevenir que curar.

También he visto algunas recetas que sustituyen el bicarbonato de sodio por arcilla blanca. Yo aún no lo he probado pero investigaré algunas recetas más e intentaré quedarme con la mejor que encuentre. Cuando lo haga os lo dejaré en mi Instagram!

Muchas de las recetas de pastas caseras también incluyen carbón activado para el blanqueamiento del esmalte de los dientes. Sin embargo, recomiendan usarlo una o dos veces a la semana porque es bastante agresivo para el esmalte.



sábado, 6 de abril de 2019

En el baño: Champús y acondicionadores zero waste

Empezar a cambiar mis productos ha sido más fácil en el ámbito del baño ya que siempre me ha interesado mucho el tipo de productos que aplicamos sobre nuestro cuerpo y el efecto de ellos: la crema que te suaviza la piel, el acondicionador que te deja el pelo sedoso, la pasta de dientes que refresca el aliento... Sin embargo nunca me había parado a leer sus INGREDIENTES. Ahí viene lo que nadie te vende. 

Champú y acondicionador

Siempre he tenido el cuero cabelludo bastante seco y con piel muerta y nunca habría imaginado que parte de la culpa la podían tener los productos que utilizaba. Bueno, mejor dicho los químicos que los componen. Empecé a investigar sobre los champús y acondicionadores sólidos. La primera y única marca de la que había oído hablar sobre esto es Lush (ahora conozco otras como Golconda, Mu'tu o Lamazuna). Se trata de una tienda handmade de productos naturales, libre de crueldad animal y con productos vegetarianos y veganos. Volviendo al tema, los champús y acondicionadores sólidos siempre me habían llamado la atención aunque, sinceramente, me parecían un poco 'atrasados a la época' y aunque me parecían bastante caros me topé con la siguiente información e hice cálculos:
Estos champús, repletos de ingredientes naturales y aceites esenciales, concentran tres botellas de 250g de champú líquido. Lush
"Si una botella me cuesta casi 3 euros y cada champú equivale a tres botellas, me cuesta casi 9 euros" Pues bien lo cierto es que el precio de los champús solidos son más o menos eso. Con lo cual estoy pagando casi lo mismo, me estoy librando de todos los químicos y encima son zero waste. Punto a favor. Me animé a ir a la tienda física muy cerca de Goya y oler unos cuantos. Como soy bastante nueva en este mundo me tuvieron que dar un poco de consejo pero acabé decantándome por el HONEY I WASH MY HAIR de Lush. Es el único que he probado de momento pero tengo que decir que estoy encantada y mi pelo tiene menos piel seca. Punto a favor.
La aplicación es muy sencilla, simplemente pasas la pastilla de champú con el pelo mojado mientras estás en la ducha: con un par de pasadas basta y luego ¡a frotar para que salga espuma!




Los acondicionadores sólidos aún no he podido probarlos, pues el día que compré el champú solo me animaba a comprar una sola cosa, pero en cuanto lo haga os informaré. Sin embargo, me dejaron unas muestras de acondicionador líquido de Lush y lo he estado probando: RETREAD y aunque el olor no me convence demasiado, me deja el pelo estupendo.

*ACTUALIZACIÓN ( 11/05/2019)
He probado el acondicionador sólido de Lush llamado Jungle. Aunque el olor no sea mi favorito, me deja el pelo muy suave y sigue sin ponérseme fosco y encrespado. A la hora de aplicarlo me resultó extraño ya que creo que estoy acostumbrada a utilizar un exceso de acondicionador. Como este producto se frota con el pelo mojado de la ducha, la cantidad es la justa y necesaria. Al principio pensé que sería muy poco y no serviría, sin embargo es más que suficiente: el pelo se desenreda y se queda suave. Si eres una persona como yo, al principio te costará acostumbrarte y te dará la impresión de que no has usado apenas producto pero tranquilo, es suficiente.

Como punto negativo de Lush, diré que sus envases son de plástico (los de los productos líquidos, por ejemplo) aunque están trabajando en mejorarlos y utilizar envases sostenibles. Hay algunos productos que no utilizan envases como los champús. El punto positivo es que si devuelves cinco envases negros, te regalan una mascarilla fresca a cambio. De esta forma fomentan reciclar los botes ya que están hechos a través de plástico reciclado.






viernes, 5 de abril de 2019

Tostas

Últimamente me ha dado por tomar muchísimas tostas: para desayunar, para merendar, para cenar, ¡a todas horas!
Se que es algo muy común pero os comparto las que más me gustan a mí, que están riquísimas, además de ser ecológicas. Para todas las tostas uso pan integral de semillas, que tiene un sabor increíble. Normalmente me hago dos por lo que los ingredientes están puestos para dos rodajas de pan.


Tosta de aguacate (Vegana)

Ingredientes:
  • 1 aguacate (o medio dependiendo del tamaño)
  • Aceite de Oliva
  • Pimienta negra
  • Muesli con frutos secos
  • Pan integral de semillas

Elaboración:

En primer lugar, machaco el aguacate con ayuda de un tenedor y le añado un chorrito generoso de aceite y una pizca de pimienta negra. Después remuevo y mientras, voy tostando el pan. Por último pongo el aguacate mezclado encima del pan tostado y añado más aceite y más pimienta (por encima). A mi personalmente me gusta mucho más el sabor cuando echo muesli con frutos secos encima de todo. Y ya estaría, ¡a disfrutar!



Tosta de cherrys y queso (Lacto vegetariana)

Ingredientes:
  • 6 tomates cherrys
  • Una loncha de queso de cabra
  • Orégano
  • Aceite de Oliva
  • Pan integral de semillas
Elaboración:

En primer lugar, tuesto el pan y luego corto el queso en trocitos pequeños. El queso que utilizo yo es artesanal y semicurado, hecho en una quesería cercana a mi casa. Después coloco los tomates cortados en cuartos repartidos en ambas tostadas. Por último un chorro generoso de aceite, un poco de orégano y ¡voilà!







Tosta de huevo y cherrys (Ovo vegetariana)

Ingredientes:
  • 3 tomates cherrys
  • Tomate frito
  • 2 huevos pequeños o 1 grande
  • Aceite de Oliva
  • Orégano
  • Pan integral de semillas
  • Azúcar moreno de caña
Elaboración:

En primer lugar, hago un revuelto con los huevos en una sartén pequeña. Lo retiro y los dejo en un plato apartado. En la misma sartén hecho dos cucharadas de tomate frito ecológico, un buen chorro de aceite de oliva y los cherrys cortados en cuartos. Bajo el fuego bastante y hecho orégano al gusto y media cucharita de azúcar que le da un sabor dulzón estupendo. Cuando los cherrys ya están blanditos, apago el fuego y tuesto el pan. Después pongo el revuelto de huevo sobre el pan y añado la salsa de tomate que he frito. ¡Está de muerte!







miércoles, 3 de abril de 2019

Primeros pasos

Aunque me he lanzado a escribir ahora, llevo interesándome por este tema bastante tiempo, aunque no lo suficiente. Desde que soy pequeña en mi familia hemos comido cuanto podíamos de una pequeña huerta que tenemos en el jardín. Tomates, lechuga, calabazas, cebolla... Muchas cosas eran de producción propia.

Además comíamos algunos productos veganos como el tofu, las hamburguesas vegetales y la leche de soja. Mis padres me criaron con dieta vegetariana, cosa que en aquella época me daba bastante vergüenza decir (en el comedor del colegio me sentaban en un sitio especial y mis amigos me miraban raro). 

En mi adolescencia, perdí por completo las buenas costumbres y opté por revelarme contra lo sano y bueno para el medio ambiente. Supongo que todos hemos pasado por esa época rebelde en la que quieres ir en contra de tus padres. 

Cuando crecí volví a cogerle gustillo y empecé a interesarme más. De hecho fui otra vez a una de mis ferias preferidas: Biocultura (digo yo que todas las personas que se muevan en este mundillo lo conocerán) y  volví también a no tirar cosas al suelo o evitar bolsas de plástico (lógico).

Biocultura

Para quien no controle mucho qué es Biocultura, se trata de una gran feria de productos ecológicos y de consumo responsable. Se juntan muchísimas empresas y pequeños comercios exponiendo todos sus productos naturales: comida, cosmética, cuidado personal, cosas del hogar, higiene, alternativas al plástico, etc. Allí me hice con mis primeros productos para evitar el plástico: un cepillo de dientes de Naturbrush (4,90 €), una botella de agua de vidrio de Irisana (9 €), un cacao de hierbabuena de Naturalmente Mediterraneo (5 €) y alguna cosilla más. 
Ese día salí de allí con una sonrisa como si hubiese salvado el mundo pero lo cierto es que aún no tenía ni idea. 



Pasados unos meses la botella me defraudó un poco porque cogía sabor a cerrado muy rápidamente y yo soy bastante especial para esas cosas. También decidí comprarme una mochila de cáñamo. Os cuento.

Hemper

Hemper es una marca de mochilas (y ahora riñoneras y fundas de portátiles) que me gustó desde el primer momento que supe de ella. Las mochilas son preciosas, están hechas de cáñamo, no utilizan nada de plástico ni en el producto ni el packaging y se fabrican en Nepal gracias a sociedades en riesgo de exclusión social. Además el 20% de lo que tu pagas por un producto, va destinado a proyectos sociales. Lo sé, parece que lo estoy vendiendo, pero eso fue lo que a mi me enamoró.
Digamos que no es una marca especialmente barata y que a muchas personas nos duele gastarnos tanto dinero en una mochila, pero tras varios días llegué a la conclusión de que era la mejor mochila que podía comprar, sin residuos y ayudando a la gente de Nepal (contando con que muchas marcas te cobran lo mismo por mochilas que no son nada sostenibles). 

Me encantó nada más recibirla: 
  1. El packaging era una bolsa de arroz reciclada, ya que es un ingrediente básico en la dieta de Nepal, adaptada con asas para que puedas volver a usarla cuando hagas tus compras. 
  2. La etiqueta era de papel artesanal con semillas ¡Para plantarla! Desafortunadamente no germinaron las semillas de la mía...
  3. Llegó con un parche de tela de regalo.
El único fallo que he visto desde que la uso son las asas, que se han ido deshaciendo un poco y tengo que ajustarlas cada dos por tres pero bueno, ¡nada que no arreglen un par de nuditos!





martes, 2 de abril de 2019

En marcha...

Por fin me he concienciado para llevar esto a cabo. El plástico ha llegado a desquiciarme mientras veía especies animales sufrir enredadas en una bolsa, en redes de pesca o con tapones, anillas o mecheros en sus estómagos. El mar está infestado y nos hacemos los locos.

Últimamente no he dejado de buscar artículos, tiendas, remedios y alternativas que me despegaran del plástico. Me he animado por fin a cambiar tras haber estado años pensando que por un plástico más o por una persona menos que lo usara no iba a cambiar el mundo. Pues bien, ese pensamiento ronda muchas de nuestras pequeñas cabezas y estamos equivocados.

 ROTUNDAMENTE: SI QUE CAMBIA

El tipo de vida "Zero Waste" se basa en la regla de las 5R's: Rechazar, Reducir, Reutilizar, Recuperar y Reciclar
  • Rechazar: nuestros ojos están rodeados de miles de ofertas tentadoras para consumir y consumir sin parar, estamos presos de comprar sin realmente necesitar. ¿Nunca has sentido que habías comprado algo y ni siquiera sabías para qué? A eso me refiero. También el rechazo de publicidad, bolsas de plástico, objetos que realmente no nos sirven para nada y vas a tirar o guardar al fondo del cajón. "Esta empresa está regalando bolis/gafas/pulseras". Yo misma he pecado de esto hace unos meses... Y todas las cosas están abandonadas por casa o en la basura. Vamos a no caer en la trampa ya que cuanto menos se consume, menos se produce.
  • Reducir: va de la mano de rechazar. No solo podemos reducir cantidades o cosas innecesarias, también envoltorios, cajas o incluso cantidad de comida y de deshechos. Seguro que en algún momento has querido probar algún tipo de comida que venía en un gran paquete, pero no te ha gustado y la has acabado tirando. Las tiendas a granel solucionan este tipo de problemas, llevas tus propios tarros, bolsas y tuppers y ahorras envoltorios y excesos de producto. Otro ejemplo es la copa menstrual que reduce el número de deshechos de higiene intima.
  • Reutilizar: simplemente es seguir dándole uso a cualquier cosa que no sea desechable desde el primer momento: tarros, envases, ropa, etc.
  • Reciclar: reciclar significa convertir objetos viejos en nuevos a través de unos cuantos procesos. Es muy bonito que se llegue a hacer esto pero producimos más basura de la que se puede reciclar. Aún así es muy importante separar los residuos según el material del que están formados para facilitar esta tarea, ya que en caso contrario sería imposible revisar millones de bolsas para diferenciar el plástico del papel y del cristal por ejemplo.
  • Reincorporar: cuando hemos seguido los pasos anteriores quiere decir que nos queda algo que no podemos ni reciclar, ni reutlizar, ni reducir ni rechazar. Eso significa que tenemos en nuestras manos un producto compostable. El paso de reincorporar trata de devolver a la tierra lo que nos dio y esto se suele hacer a través de crear compost. De esta forma, podemos juntar todos los residuos que puedan volver a formar sustrato. Hay opciones para hacerlo en casa en caso de que no tengas jardín en muchas tiendas. ¡Anímate!

Cuando era pequeña me enseñaron a amar la naturaleza y no a ensuciarla, sin embargo he ido creciendo y me he dado cuenta de que aprendí a no ensuciar mi entorno, sin saber a dónde llegaba toda mi basura.